Les doy las gracias a mis Maestros
Pues me dieron su paciencia y su tiempo. Daban Amor y muchas veces hasta tenían buen humor. Conocían mi nombre y mis apellidos, sabían cuáles eran mis virtudes y defectos. Se alegraban de mis progresos y me animaban siempre para que me superara. Trabajaban con amor por su profesión y por los alumnos. Realmente les gustaba lo que hacían.
Ellos mandaban en la clase e imponían su autoridad sin ser autoritarios. Imponían disciplina y aguantaban que se les desafiara constantemente. Los padres los respetaban y nosotros también. Recuerdo sus nombres pero siempre con el Doña o el Don delante, pues siempre se les trataba de usted. Se preocupaban de verdad de nosotros.
Sabían que podíamos ser descarados y malhumorados, que estábamos llenos de energía y éramos juguetones, desafiantes y traviesos, es decir, que éramos niños, pues sólo éramos eso, niños.
Fueron el complemento perfecto a lo que aprendíamos en casa y en la vida.
Gracias por todo lo que me aportasteis, que fue muchísimo.
Un Saludo con Amor
José Manuel Piedrafita Moreno
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